Prendas de lujo para los chiquilines de la casa

Para poder labrarse un futuro de popularidad y vida social, los niños de ahora pueden tener que recurrir a los ositos de peluche... de oro. Por lo menos, eso sugiere Gucci. A finales del mes pasado, en Pitti Bimbo, la feria de moda y complementos para niños que se celebra en Florencia, la casa italiana de moda de primera calidad presentaba su nueva línea de ropa de lujo para niños, Gucci for Children. En la colección Primavera 2011 hay tazas antigoteo, ropa, calzado, accesorios y gafas de sol para niños y niñas de pocos meses a 8 años, todos productos muy opulentos, con un osito de peluche de oro como logotipo.
Sin embargo, Gucci no es la única empresa que se ha lanzado a la piscina de los bebés. Oscar de la Renta anunció una línea infantil a finales de mayo y Dolce & Gabbana; Gabbana tiene su colección para "los más pequeños" desde 2001, cuando empezó a capitalizar la moda de las canastillas de lujo. Phillip Lim lanzó su línea para los más pequeños en 2007, el mismo año que Chloe y John Galliano hicieron sus primeras incursiones en la moda infantil.
Muchos padres rechazan la idea de vestir a sus retoños con ropa de diseñadores. "Salvo que seas un fan incondicional [de la marca], es difícil justificar un gasto como ese -explica Alycia de Mesa-. Es un sello que muestra los logros de los padres en sus hijos."

Las etiquetas de los precios no son precisamente lo más tranquilizador para los padres preocupados por el coste de la vida. Un conjunto de pijama de manga corta de la serie infantil D&G Junior se vende por unos 225 dólares estadounidenses; un vestidito blanco con encaje de la misma colección puede costar alrededor de 135 dólares estadounidenses. Un par de pantalones de vestir de niño de Versace Young cuesta 159 dólares. Fendi vende un gorrito color rosa palo para bebés por 137 dólares; las sandalias de velcro de la línea infantil de Roberto Cavalli cuestan más de 100 dólares y en Saks, podemos comprarle a la niña un vestido burbuja con estampado Gazette por unos módicos 438 dólares.
Por increíble que parezca, estos precios no son una locura. Aunque la industria de la ropa y los complementos esté atravesando muchas dificultades (las estadísticas recientes difundidas por el gobierno muestran una caída del 3,7% en la venta de ropa y complementos en 2010), el gasto en productos de lujo no deja de aumentar desde enero, según el informe SpendingPulse de MasterCard Advisors que realiza un seguimiento de las ventas de servicios y negocios minoristas de Estados Unidos. Las tiendas de gama alta han amasado unos ingresos de 4 050 millones de dólares estadounidenses en lo que va de año, lo que significa un aumento del 14,3% con respecto a 2008.
"Es el momento perfecto para hacer este tipo de cosas -afirma Greg Furman, presidente del Luxury Marketing Council, una organización de ejecutivos de las principales empresas de servicios y productos de lujo-. Actualmente, el mercado de lujo es mucho más resistente ... Creo que el gasto en lujo seguirá aumentando." Al desaparecer los compradores "aspiracionales" (con ingresos entre los 250 000 y los 500 000) debido a la recesión, Furman afirma que las tiendas de lujo hacen bien en "apelar a la base de clientes existente", pero sin olvidarse de intentar llamar la atención del público en general y de atraer nuevos clientes... aunque sean niños.
Esto es especialmente importante para marcas como Gucci, que tras una caída en las ventas en el decenio de 1990 ha sabido reconstruirse y convertirse en la primera empresa de moda de Italia. La marca Gucci obtuvo unos ingresos de 2 790 millones de dólares estadounidenses en 2009, superando así a otras marcas del grupo Gucci Group, como Bottega Veneta (496 millones de dólares) o Yves Saint Laurent (293 millones). En el primer trimestre de 2010, el grupo Gucci ha dado cuenta de un aumento en las ventas del 4,7%, que se debe en parte a un aumento de las ventas en línea. Este factor diferencia el grupo de otras marcas de lujo, que tienden a centrarse en sus establecimientos físicos y en la experiencia que ofrecen a sus clientes presenciales.
A medida que Gucci vaya evolucionando, las prendas infantiles pueden ser un factor importante para retener a los nuevos clientes. "Confían en la fidelidad de los padres a la marca y en que sus hijos se conviertan en una nueva generación de consumidores", explica de Mesa.
¿Y qué decir de la preocupación de los padres que creen que es una locura gastarse cientos de dólares en prendas que sus hijos probablemente solo puedan usar un par de meses? "Yo creo que gastarse dinero en los hijos es un tipo de compra bastante libre de culpa", comenta Helen Job, directora de la cultura juvenil de Stylesight, una empresa de detección y previsión de tendencias. Según Helen, la ropa infantil "es una forma más asequible de acercarse a una marca."


Cortesia de Forbes by Sara Peck

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